Introducción
Los eventos deportivos y culturales tienen un papel crucial en la transformación y desarrollo de las ciudades, afectando tanto su infraestructura como su identidad.
Estos eventos no solo generan impactos visibles en la configuración urbana, sino que también influyen en la economía, el tejido social y la imagen global de las ciudades anfitrionas.
Uno de los efectos más visibles de los grandes eventos es la construcción de nuevas instalaciones y la mejora de la infraestructura existente. En la celebración de unos Juegos Olímpicos o un Mundial de Fútbol suele ir acompañada de la construcción de estadios, centros de convenciones y espacios públicos. A la par, las ciudades invierten en la expansión y modernización de redes de transporte como metros, carreteras y aeropuertos para garantizar la movilidad de los asistentes.
Un ejemplo emblemático es Londres 2012, donde la revitalización del barrio de Stratford dejó un legado duradero, incluyendo el Parque Olímpico Queen Elizabeth y mejoras significativas en la red de transporte público.